La Historia De Juanita
Juanita conoció a su ex marido en Hidalgo, México a la edad de 14. Cuando cumplió 16 años decidió irse a vivir con él y tuvieron su primer hijo cuando tenía sólo 17 años de edad. Su marido llegó a California con fines de trabajo y dejó a su esposa y su hijo con la Familia de el, La cual le decía constantemente a Juanita que su marido había comenzado otra familia en California y que ella debería hacer lo mismo. Juanita decidió ir a Arizona en busca de un puesto de trabajo con el fin de proporcionar una mejor condición de vida para su hijo. Dejó a su hijo con su madre por un año mientras se acomodaba en Arizona. Allí trabajó muy duro limpiando casas, cuidando niños, y en los restaurantes. Hasta que un día su marido se puso en contacto con ella y la confrontó acusándola por estar en otra relación con otra persona. Juanita se sorprendió por la acusación, porque no era cierto, y le pidió que fuera a Arizona a fin de aclarar la situación. Él terminó yendo a Arizona y después de un año de duro trabajo por fin hicieron suficiente dinero para traer a su hijo de Hidalgo.
Se movían en un remolque y su esposo comenzó a beber en exceso cada fin de semana. Al principio él era verbalmente abusivo con ella, acusándola de ser infiel e insultándola. Pronto él progresó a la violencia física, así como verbal y emocional. Juanita recuerda un incidente cuando ella tenía 4 meses de embarazo de su segundo hijo. Él comenzó a beber y estaban discutiendo, los vecinos escucharon y procedieron a llamar a la policía. Su marido fue tomado en custodia por una semana. Una vez que fue liberado regresó a su casa y le dijo a Juanita que estaba arrepentido y que él iba a cambiar. Juanita le creyó y lo aceptó de nuevo en la casa. Las promesas no duraron mucho, pronto estaba de vuelta en la rutina habitual, tan pronto como llegaba el fin de semana iba a cobrar su cheque y se dirigía directamente a la tienda a comprar cerveza. Pronto tuvieron su tercer hijo, una niña. Un día familiar en que estaban cocinando afuera, su marido estaba bebiendo como de costumbre. Él comenzó a abusar verbalmente de ella, pero Juanita no quería discutir porque ella estaba ocupada cuidando de su hija de dos meses. Su marido se enfadó y comenzó a tirar y tirar de ella, con su hija en brazos. Juanita estaba luchando por liberarse y cuando la soltó ella rebotó en una pared, lastimando a su hija. Ella hizo la denuncia policial y una vez que lo tuvo en custodia. Juanita no supo nada de él hasta un año después. Él la llamó y, una vez más la convenció de reunirse en California para empezar una "nueva" vida. Juanita realmente quería que la relación con el funcionara por el bien de sus hijos, ella quería que sus hijos tuvieran a su padre involucrado en sus vidas. Una vez que llegó a California, pronto se dio cuenta de que las promesas fueron a corto plazo. El ciclo continuaba, bebía en exceso y abusaba de ella. El tiempo pasó y los niños crecieron y comenzaron a darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Empezaron a ver a su papá basado en sus acciones. Ellos trataron de defender a su madre y le hicieron saber que estaban bien sin él; le dieron la fuerza y coraje para continuar. Juanita recuerda el último incidente en el año 2004 que la hizo terminar este ciclo de una vez por todas. Su marido estaba borracho y comenzaron a discutir, la discusión subió de tono y comenzó a estrangularla. Ella dice que vio el odio en sus ojos, pero ella luchó y luchó para liberarse. Inmediatamente después de ese incidente fue a la corte y solicitó una orden de restricción contra él. En el proceso de presentación de la corte conoció a Ana. Ana ayudó a Juanita con el proceso de divorcio y la acompañó en el proceso de legalización, que se realiza a través de servicios gratuitos referidos por la corte. Hoy Juanita sigue en pie como una mujer fuerte. Ella está muy orgullosa de sus hijos y ella dice que no se arrepiente de los últimos acontecimientos, ya que han hecho de ella lo que ella es hoy.
Se movían en un remolque y su esposo comenzó a beber en exceso cada fin de semana. Al principio él era verbalmente abusivo con ella, acusándola de ser infiel e insultándola. Pronto él progresó a la violencia física, así como verbal y emocional. Juanita recuerda un incidente cuando ella tenía 4 meses de embarazo de su segundo hijo. Él comenzó a beber y estaban discutiendo, los vecinos escucharon y procedieron a llamar a la policía. Su marido fue tomado en custodia por una semana. Una vez que fue liberado regresó a su casa y le dijo a Juanita que estaba arrepentido y que él iba a cambiar. Juanita le creyó y lo aceptó de nuevo en la casa. Las promesas no duraron mucho, pronto estaba de vuelta en la rutina habitual, tan pronto como llegaba el fin de semana iba a cobrar su cheque y se dirigía directamente a la tienda a comprar cerveza. Pronto tuvieron su tercer hijo, una niña. Un día familiar en que estaban cocinando afuera, su marido estaba bebiendo como de costumbre. Él comenzó a abusar verbalmente de ella, pero Juanita no quería discutir porque ella estaba ocupada cuidando de su hija de dos meses. Su marido se enfadó y comenzó a tirar y tirar de ella, con su hija en brazos. Juanita estaba luchando por liberarse y cuando la soltó ella rebotó en una pared, lastimando a su hija. Ella hizo la denuncia policial y una vez que lo tuvo en custodia. Juanita no supo nada de él hasta un año después. Él la llamó y, una vez más la convenció de reunirse en California para empezar una "nueva" vida. Juanita realmente quería que la relación con el funcionara por el bien de sus hijos, ella quería que sus hijos tuvieran a su padre involucrado en sus vidas. Una vez que llegó a California, pronto se dio cuenta de que las promesas fueron a corto plazo. El ciclo continuaba, bebía en exceso y abusaba de ella. El tiempo pasó y los niños crecieron y comenzaron a darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Empezaron a ver a su papá basado en sus acciones. Ellos trataron de defender a su madre y le hicieron saber que estaban bien sin él; le dieron la fuerza y coraje para continuar. Juanita recuerda el último incidente en el año 2004 que la hizo terminar este ciclo de una vez por todas. Su marido estaba borracho y comenzaron a discutir, la discusión subió de tono y comenzó a estrangularla. Ella dice que vio el odio en sus ojos, pero ella luchó y luchó para liberarse. Inmediatamente después de ese incidente fue a la corte y solicitó una orden de restricción contra él. En el proceso de presentación de la corte conoció a Ana. Ana ayudó a Juanita con el proceso de divorcio y la acompañó en el proceso de legalización, que se realiza a través de servicios gratuitos referidos por la corte. Hoy Juanita sigue en pie como una mujer fuerte. Ella está muy orgullosa de sus hijos y ella dice que no se arrepiente de los últimos acontecimientos, ya que han hecho de ella lo que ella es hoy.